Plaza San Marco y Arena de Verona: a una hora de Vicenza se pueden visitar ciudades y monumentos únicos y que forman parte de la historia cultural de la civilización europea.
En Venecia se puede navegar por el Canal Grande a lo largo de los impresionantes palacios, por la noche en Verona se puede disfrutar de la ópera «Aida» de Verdi bajo el cielo abierto y caminar tras las huellas de Shakespeare entre los castillos de Romeo y Giulia en Montecchio: durante la prácticas se dispone de mucho tiempo en el fin de semana para conocer los lados más bellos de la región del Véneto.
En media hora de tren se puede llegar a Padua, donde se pueden admirar las pinturas al fresco de Giotto, el Jardín Botánico y los edificios historicos de una de las universidades más antiguas de Europa. Bassano del Grappa, con sus pintorescas plazas, los museos de la Grappa y el antiguo puente de madera «Ponte degli Alpini» también merece una breve visita. Vicenza es fácilmente accesible en tren y en autobús, lo que permite visitar muchos otros lugares interesantes: Milán está a dos horas de distancia y los fines de semana se puede alcanzar Roma en menos de cuatro horas.
Un día libre también se puede pasar en la mar, en el lago o en las montañas: las playas del mar Adriático como Jesolo, Bibione o Caorle están al alcance de la mano, mientras que el Lago de Garda, con sus parques de surf, de vela y de atracciones, está a sólo una hora y media de distancia. Además, desde Vicenza se puede llegar en autobús a las pistas de esquí y de senderismo de las Pequeñas Dolomitas o a la meseta de Asiago.
Durante una excursión, seguramente, no falta la posibilidad de probar las especialidades locales: además de la pasta, los platos de pescado o carne y los postres, se pueden degustar vinos como el Prosecco, el Cabernet, el Pinot Nero, el Bardolino y el Valpolicella o la cerveza casera de una de las muchas cervecerías caseras. Por último, una grappa es una buena manera de completar un viaje.